Innovación como solución al problema de las resistencias antimicrobianas en cunicultura
La reducción del empleo de antibióticos en cunicultura es el principal reto al que se enfrenta este sector en la actualidad. No es tarea fácil. La enfermedad digestiva más importante en conejos, la enteropatía epizoótica, lleva provocando altas tasas de mortalidad en granjas de engorde de conejos desde los años noventa. Con ello, las explotaciones ven minada la producción y, en consecuencia, las pérdidas económicas son considerables.
La estrategia habitual para la prevención de la incidencia de la enfermedad durante el cebo pasa por el uso de varias moléculas de antibióticos en los piensos de gazapos (la enteropatía epizoótica “golpea” tras el destete).
Sin embargo, dentro de sus planes para avanzar en un modelo de producción más sostenible, la Unión Europea estima prioritario reducir el empleo de antimicrobianos para prevenir la aparición de resistencias. En la propia estrategia ‘De la granja a la mesa’, la Comisión Europea marcaba, como objetivo concreto, lograr una reducción del 50% en las ventas de antimicrobianos destinados a animales de granja. A su vez la entrada en vigor del RE: 2019/6, sobre medicamentos veterinarios ha dado lugar una reducción importante del consumo de antibióticos lo que produce, si cabe, un mayor reto en la cunicultura.
En el mismo sentido reman los profesionales e instituciones españolas. Un ejemplo es el ‘Acuerdo para Reducir el Uso de los Antibióticos en Cunicultura (ARAC)’ firmado en 2019 por los representantes de las asociaciones nacionales de veterinarios y profesionales del sector junto al Plan Nacional de Resistencias a Antibióticos (PRAN), en el marco del Programa REDUCE específico para la cunicultura. Su argumento principal es conseguir reducir un 30% el consumo de antibióticos en un período máximo de dos años.
El sector sostiene que, gracias a este acuerdo, se está produciendo una reducción paulatina de la utilización de antibióticos en explotaciones. No obstante, también se ha registrado un incremento de las tasas de mortalidad durante el periodo de cebo. Por eso se teme que la falta de alternativas reales a los antibióticos sea un lastre fatal para el mantenimiento del sector a corto y medio plazo. La solución puede pasar por limitar la incidencia de los trastornos digestivos de los conejos mediante el diseño de piensos que se adapten mejor a la fisiología digestiva del gazapo recién destetado.
Aparece TIRAC
En este contexto nace TIRAC (‘Técnicas Innovadoras para la Reducción de Antibióticos en Cunicultura’), un grupo operativo supraautonómico cuya finalidad es reducir el consumo de antibióticos frente a problemas digestivos de los conejos de cebo asegurando su salud y rentabilidad para el ganadero.
El proyecto está coordinado por De Heus Nutrición Animal SA, y en él participan la Fundación Empresa-Universidad Gallega (FEUGA), Porto-Muiños SL, la Universidade de Santiago de Compostela (USC) a través de los grupos de investigación en Medicina Animal (ImedA), Anatomía Patológica Veterinaria (GAPAVET), Investigación en Sanidad Animal (INVESAGA), Higiene, Inspección y Control de Alimentos (LHICA) y Seguridad Alimentaria (LREC) y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), a través del grupo de investigación Producción Animal (PRAN). Criadores de Conejo de Naraba Sociedad Cooperativa, PROGACUN-Asociación de Productores de Conejos de Galicia y la Granja J. Echegoyen SLU son miembros subcontratados. El presupuesto total del GO es de 491.919,39 euros, y la subvención total es de 485.043,39 euros. Está cofinanciado en un 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020.
Los trabajos de TIRAC, que se están desarrollando en Galicia, Comunidad de Madrid, Castilla León y Navarra, se centran, concretamente, en el estudio de diversas estrategias nutricionales en conejos relacionadas con una formulación en piensos con un bajo nivel de proteína y un moderado nivel de fibra soluble, junto con la incorporación de macroalgas y/o extractos de algas. Todo ello con el objetivo de mejorar la salud intestinal de los animales y, por tanto, permitir una reducción del empleo de antibióticos. Paralelamente, se pretende conseguir una carne de mejor calidad (con un perfil lipídico cardiosaludable, un mayor contenido mineral y potencial antioxidante) y valorizar el sector de producción de algas.
El grupo operativo evaluará la problemática real de las granjas y prioridades sanitarias del sector; identificará y valorará las mejores algas y extractos de algas que favorezcan la salud intestinal de los gazapos; y valorará el efecto de ciertas estrategias nutricionales en la patología digestiva, resultados zootécnicos y uso de antibióticos en el cebo de conejos.
A la conclusión de estos trabajos se pretende obtener, por un lado, información actualizada y de primera mano del sector cunícola español y su situación sanitaria; por otro, una línea de piensos para conejos adaptados a las necesidades del destete, que mejorará la salud intestinal de los gazapos y que reducirá el empleo de antibióticos; y un inventario de algas/extractos de algas de interés en la formulación de piensos.
Entre los destinatarios de los estudios que está llevando a cabo el grupo operativo se encuentran todos los eslabones de la cadena agroalimentaria, desde la producción (granjas, cooperativas y explotaciones cunícolas), la industria (fabricantes de alimentación animal) y centros tecnológicos, centros de investigación y universidades, hasta las administraciones públicas y los consumidores finales y público en general.
Etapas del plan
En el momento de la redacción de este artículo, los trabajos se centraban en la realización de dos pruebas en las que se combinarán los mejores resultados de dos ensayos previos: uno basado en la realización de dos pruebas con distintos niveles y tipos de fibra dietética (soluble e insoluble), y otro basado en la realización de otras dos pruebas con distintos niveles y tipos de proteína y aminoácidos digestibles. Con la combinación de esos resultados, el GO pretende comprobar que es posible la producción de conejos de cebo sin antibióticos. Estos ensayos se realizarán en dos explotaciones diferentes con el objetivo de separar el efecto granja y asegurar el comportamiento de las dietas en distintas condiciones de sanidad y manejo y verificar la repetibilidad de los resultados obtenidos.
El plan de trabajo de TIRAC comprende también una importante labor de divulgación a nivel regional, nacional y europeo para trasladar a la sociedad los resultados y la transferencia de soluciones planteadas por el grupo operativo.
Despiece:
Encuesta a cunicultores
En el plan de trabajo del GO destaca la encuesta realizada a cunicultores con el fin de obtener información sobre cuáles son sus programas sanitarios, la gestión que hacen de la aplicación de antibióticos y otras prioridades sanitarias del sector, como prácticas de manejo, nutrición y zootécnicas.
Los resultados de la misma confirman que la enteropatía es la enfermedad que más pérdidas económicas produce al sector.
En cuanto a la tasa de mortalidad durante el cebo, las granjas con menor tasa de mortalidad (<7%) realizan un vacío sanitario; las granjas con calefacción tiene un porcentaje de bajas menor del 5%; y las granjas que no hacen vacío sanitario ni calefacción tienen un porcentaje de bajas >10%.
Según el tipo de nave, aquéllas con un sistema de ventilación natural (66%) presentan mayor tasa de mortalidad (>10%), mientras las que lo hacen con un sistema forzado (71%), la mortalidad es menor del 5%.
Por último, en cuanto al manejo, los resultados de la encuesta arrojan que las granjas con menor mortalidad presentan un porcentaje más alto de destete a los 32-35 días y que las granjas con mortalidad >10% tiene el porcentaje más alto de destete a edades inferiores a 32 días
Para los cunicultores encuestados, el problema de la resistencia a los antibióticos afecta tanto a los animales como a las personas y al medioambiente.
Asimismo, consideran que existe una relación directa entre la aplicación de unas correctas medidas de bioseguridad y un menor uso de antibióticos.